Estuvimos toda la semana expectantes. Expectantes porque el viento del sur y el swell se mantenían constantes durante toda la semana. El jueves confirmamos que las previsiones aguantarían y decidimos quedar el viernes en Hendaya.
Axier y yo nos juntaríamos allí con David y con Victor. El bueno de Victor llevaba casi un mes sin meterse al agua entre catarros y compromisos, pero al hablar con él y contarle las previsiones decidió que era el momento de volver.
Hizo bien, porque al llegar a Hendaya nos encontramos con un ligero viento offshore, un periodo alto y series que en su máximo esplendor llegaban al metro y medio. Por momentos el mar estaba completamente glassy y la única pega que nos encontramos era que los días cada vez son más cortos y para las 6 ya se ha metido el sol.
Así que un viernes más volvimos a disfrutar juntos, de más á menos, al mismo ritmo que bajaba la marea. El agua todavía está lo suficientemente caliente como para ir sin escarpines, y la amplitud del periodo permitía remontar con mucha facilidad. Todo esto hizo que el baño fuera muy cómodo y pudieramos disfrutar al principio de alguna ola larga y de varias orilleras conforme más baja estaba la marea.
El sábado por la mañana volvíamos a Zarautz a las clases. El mar subía un poco más, y el viento era mucho más fuerte. La serie llegaba a los 2 metros con facilidad y el periodo se mantenía entre 12 y 14 segundos. Tras observar cómo estaban todos los picos de concurridos, nos decidimos por uno de ellos. Este era uno de esos días que desde fuera las cosas se ven mucho mejor de lo que en realidad son, ya que, aunque aparentemente las condiciones eran muy buenas, la corriente nos sacaba constantemente del sitio y no paramos de remar en la hora larga que estuvimos en el agua para no perder la situación.
La semana que viene pondré rumbo a Fuerteventura, donde me reencontraré con los amigos de la Freesurfers School y disfrutaré del buen tiempo y las olas de las islas afortunadas.